d'Oliveira blog

  •Un hombre dice "una mujer me olvida"
   (...) sale a la calle con todas sus mujeres en la boca
   y el corazón sin nadie .  (ARP)
  •Pero sale a barrer las calles
   con lo que fueron sus alas. (ODd')
  •Esa perseverancia dócil
   en antiguos rituales
   te hace igual que un hogar. (G.A.)
  •A veces, las noches del hombre son tan largas,
  que lo dejan fuera de Dios.(G.A.)

The rest of my life

Y cuando la soledad y sus ámbitos ya no te desesperan, cuando los no-lugares del egresado dan en llamarse La Casa, entonces (poco antes o poco después) puede suceder que un amigo te pregunte: -¿Seguís empeñado en cumplir tu sueño, en esperar hasta que ella llegue? Y al contestar que sí, puede ocurrir que te anuncien: -Conozco a alguien exactamente así; mirá: cuando todas cuentan sus audacias, ella sonríe y calla; si va en mi moto no se aferra a mí... apenas me roza... casi como dos alas que no van a sujetarla. Pero es real: ha vencido desafíos de esos que te arrodillan... ha vivido a contravida pero sin perder ángel ni vuelo. Ya tenés el visto bueno para llamarla... pero no te quedan ganas de nada: el tiempo fuera de los trabajos es siempre para huir hasta la cueva protectora. Casi estás eligiendo una vida de bajuras. Y claro, lo que está al ras del suelo no corre riesgo alguno de caerse. Y dejás correr el tiempo, pedís que le mientan: -Si te comenta "Nunca llamó" por favor decile que no has podido darme su número, dale, ya voy a animarme. Entonces te avisan que tenés que ir al colegio a la noche. Qué bajón... tan desmoronado al salir de la Facultad. Pero algo te susurra que vas a conocerla... y pasás por la cueva a ponerte decente. En las tres cuadras cavilosas es tuyo el pensamiento más medroso: -Pero va a estar arriba y yo pasaré por la planta baja... -A esta hora, seguro, estará ocupada concluyendo la jornada. Y al llegar ¡Está! pero... qué lástima... es tan joven y tan bonita... no me va a registrar (y la pena negra, otra vez la pena negra) Pero un reflejo vital te asiste (ella dijo: -para gustarme será alto y deberá hacerme reír) entonces caminás estirándote para dar algo más de talla y haciéndole un comentario apenas ocurrente -pero no muy gracioso- aunque ella se ríe. Definitivamente es mucho menor y muy linda... N.V.A.A. ( no va a andar :( ) Y otra vez a cinchar con la perversa vocecita interior: -No te muevas... por fin estás bien ¿no? solo y en tu nuevo refugio... recordá que al final siempre se sufre... o acaso no escribiste "El pasaje de las atravesantes" Y los días pasan. Y sabés claramente que, si demorás, el camino se va a ir cerrando y ella se te va a ir antes de llegar y... -Hola, espero que no te moleste que te llame... pensaba si este sábado podrías... Y el sábado no, pero fue el viernes... y fue hablar ocho horas sin pausa ni respiro y los mozos echándonos de todas partes y esa extraña sensación de re-conocerla, de haberla esperado toda una vida hasta este día... Pero la tercera cita fue un des-encuentro y el dolor... y otra vez las técnicas de independencia emocional y... -Qué lástima: tan bien que me sentía con ella... adivinándonos el pordecir y qué lindo era mirarla sintiendo ganas de llorar de felicidad y... cuando descubrís (después, claro) que a ella le sucedió igual, que se sentía morir y que tuvo miedo de que todo naufragara... y los llamados y la caída de todas las estrategias, qué locura, los dos confesándonos el pánico de perdernos en las vísperas. Y esa cita.. esa cita... sin soltarnos más las manos... sin volver a separarnos ni un solo día hasta hoy... Y toda la vida iluminándose... los sueños cumplidos / desbordados. Cuando te preguntan: -¿No es demasiado pronto? es complejo contarles que todo ha sucedido fuera de los dos... que la maravilla nos ha elegido (como un diagrama de Venn que circunscribe sólo a dos) y no nos deja cambiarle el paso. Argüir que veníamos del dolor... que las infinitas casualidades de los predestinados... y que... Ya no hace falta cansar al que pregunta. Ahora ya podés calmar al escéptico cuestionador: -¿Si es pronto? Seguro, es muy pronto: me voy a casar con ella y aquí está la historia, la escribí como un poseso o quizás como un medium en trance psicográfico. Espero que te convenza o al menos que te haga callar. Mientras tanto yo me sigo moviendo, como pez en el agua, en un mar de todomilagro, en los primeros días gloriosos del resto de mi vida.

LOS PASOS PREVIOS

Los pasos previos

Los que diste de ellos, cada uno / antes de mí. / Los pasos de venir hasta mi vida. / Si yo pudiera ver toda tu historia / (como dicen mira Dios cuando nos mira) / alguna huella tuya me daría / otra vez esa sonrisa de ser padre. / Otros serían punzadas / de no saberme mañana / de quizás... nunca-jamás / o un delgado tal vez imaginarme. / Pero son todos, mi amor, todos tus pasos, / los que usabas para armar este trayecto. / Ni uno solo puedo ahora rechazar: / sin ese avance preciso / por qué no el-más-odiado / el-más-amado / y quién sabe: el-infierno-tan-temido) / sin ese avance, decía, / habrías llegado poco antes o después / pero nunca tan exacta y justamente. / Voy a aprender a agradecer. / Cada huella que tus pies le dibujaban / al sendero que te puso aquí en mi vida... / Gracias al arco tan perfecto / que hundía en suelos blandos tu pisada. / Los pasos atropellados / antes de cada caída. / Los medios pasos que asoman a una duda, / a un temor, a un no-quería. / Esos trozos de andadura / están todos aquí, / ninguno falta. (AMALIA, MI AMOR, CÓMO TE TEME LA MUERTE)

16 nov 2012

Filo-soft-ando (de mi épica alírica)

por Gavrí Akhenazi

La ética es una medida disciplinaria.
Mi sombra me lleva como un peso muerto. Insiste en rescatarme de sí misma.
Lo que me corre por la cara no es sudor. Ni los malos ni los valientes lloran.
La soledad es una compañera muda. Ni siquiera precisa ser querida.
La vida es un interminable vómito de estigmas.
Me río de demasiadas cosas como para poder ser feliz.
El dolor es el único debe que se asienta en el haber.
¿Viste a la víbora hipnotizar al conejo. Eso es la vida.
Me desvinculo con facilidad, diría, inercialmente. Sencillamente olvido.
La dependencia afectiva es un factor de vulnerabilidad.No le recomiendo a nadie que dependa de mí. Es altamente insalubre.
¿Qué habré hecho para tener que quedarme tanto tiempo de más? Mi vida se ha puesto desoladoramente larga.
Hay juegos reboludos en los que soy un perdedor. Por eso me va bien en la ruleta rusa.
Estoy demasiado mal para estar vivo.
Le sobraron palabras a todo mi silencio.
Me muero tantas veces que ya ni me doy cuenta si es que resucité.
Vivo tantas cosas al mismo tiempo que odio esta eternidad mal repartida. Parece toda mía.
La solidaridad es una práctica, no una expresión ocasional.
Sin duda me estoy volviendo viejo. Perdí hasta la piedad para matar.
Algo de mí se va muriendo. Soy un trueno arrodillado.
Antes que saber escribir bien, hay que aprender a leer bien.
Asumirme imperfecto me exime de cadenas.
Juro que no quiero ser malo pero a veces ¿es justo ser de otra manera?
A veces, las noches del hombre son tan largas, que lo dejan fuera de Dios.
Solamente le temo a las cosas que siento.
Yo soy mi tierra prometida. Y la de nadie más.

lamaldadaparente.blogspot.com

1 comentario:

Gavrí Akhenazi dijo...: Eh, tucu, pero que sorpresa, varón. Agradecido de corazón y medio sin saber que decir. Muchas gracias, loco.

Leí lo que decía tu mamá. Cuánta razón. Yo por las dudas, siempre me llevo los libros cuando me voy. No sea que la ex de turno se tiente o haya escuchado a tu madre.

Abrazo y otra vez, muchas, pero muchas gracias.

Lehitraot; 17 de noviembre de 2012, 22:25

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El papá del gallego nos llevó al río Pueblo Viejo. Fuimos en su Dodge celeste: nave que codiciábamos y nos cortaba el aliento.
Allá hicimos un diquecito con piedras para bañarnos y Julito pronunció para la historia su celebérrima pieza épica:
¡VOY A PESCAR CENTURIONES EN EL FONDO DEL MAR! Y se zambulló para siempre en las aguas de la burla memoriosa.
Mis hermanos (los tres) jugaban como si acabaran de desenvolver el paquete de la felicidad.
Don Enrique me hacía escuchar los casetes con sus poemas grabados: "Doncel, esta noche / esperanos que hay baile en Mitre"
Qué delicia el juguito de naranja con ginebra... las botellas tan heladas sobre la arena del río. Todo eso me recuerda esta canción.
El viejo elepé también era del papá de la bella e inalcanzable Rosandra (aquí suspiro retroactivo) Y en ese disco viejo... los cantares de Quinto de Cantares con esta melodía que yo malintentaba hasta hartar al hijo del anfitrión:
-Vos no venís a "reemplazar la bolita y el sol"... -Vos venís a destrozarme las bolitas a mí.
Quién hubiera dicho que el autor de la letra nos miraba a los cuatro mientras escribía.
Una vida estuve buscando esta hermosura. Hallada fue. Este recuerdo emocionado es para vos, Gallego: Dióscuro querido, mi viejo amigo.
De pelado a pelado... de hermano a hermano.
Dios te cuide.

Los heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras

en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;

o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,

de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como

cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

César Vallejo

Sueltitos - Junio de 2011

Un mismo lecho

Soñó con la mujer más bella, tan intensamente, que al amanecer había enviudado.

Contraestética

Lucen mal, se acicalan mal y ejecutan mal esas canciones con letras mal escritas y mal musicalizadas que alguien cantará mal.

Timba

Los sorteos de libros, en los programas radiales de cultura, existen para mantener a raya mi euforia.

Klass y un servidor - sim's: short idiots messages

Comunicaciones breves con influencias de Jarry, Ionesco, Monterroso y Carlitos Balá.

Dama joven asistente de los capos

Dios la veía andar y ella se dio vuelta. Halagada, le sopló el compás para el sístole y el diástole.

Actriz que vi en la Cineteca

Tan poco creíble como un amor sin su dolor implícito.

El deseo

Era algo maravilloso que activaba unos mecanismos maravillosos para alcanzar unas cotas maravillososas.

¿Cuáles? Ni idea.

El Bolívar

El perro de mi cuadra tiene unas mascotas que hacemos cosas de su agrado.

Payada

Contrapunto poético con un amigo que resalta mi medianía con su maldito talento. (O.D.d')

Melpómene, Calíope... (random)

Cuando fue a la consulta trató de explicarlo con los términos terapéuticos mal aprendidos:
-Estoy sintiéndolo... como me sucedía hace dos décadas. Y me asusta, Doc. Pensaba que estaba a salvo de estas desmesuras, me creía a resguardo de esta felicidad que es una ¿proyección?
-Vea, sin duda es una construcción pero, para usted que lo siente, es tangible como... como el pasamanos del ómnibus y el olor a óxido en su palma. Así de real.
El camino de regreso midió como un solo pensamiento: entonces, ahí está otra vez... y ella también es real y ¡hasta recuerda mi nombre!
Lamentó que Cortázar nunca hubiese precisado cómo se bailaba Catala, un conato de danza en la vereda no hubiera estado tan mal.
Claro que en la fotografía (donde ella estaba tan igual, tan bella y tan joven) había otras personas. Unos niños desconocidos pero incomprensiblemente queribles. Y había también un señor.
Tenía muy presente que había rezado para que esto ocurriera pero también recordaba el dorso de una tarjetita: «cuenta tus planes a Dios para hacerlo reír»
Esa noche soñó. Frotaba una lámpara, el humo devenía en Genio y el deseo a conceder se le ofrecía. Entonces repetía tres veces aquel nombre, como en cada cumpleaños... como cuando estaba despierto. Después el turbante se adelgazaba y, vuelto hilo de vapor, regresaba a su sitio. Un sueño clásico, nada creativo.
Como su trabajo consistía en encontrar, encontró: la leyenda del taumaturgo preso en su recipiente. Ése que esperó -por siglos y sin suerte- que alguien llegara para el canje: mi libertad por tu anhelo. Y la vigilia larga lo había llenado de rencor.

-Me has hecho sufrir por no venir antes, en un principio iba a hacerte feliz y ahora sólo quiero castigar tu morosidad; si me despiertas tendrás dicha con dolor implícito.

¡Hallazgo eficaz… sí! Pero no había ningún lector a la vista para ostentar el triunfo, los muchachos no iban a codearse murmurando "el tío tiene toda la biblio en la cabeza". No, éste había sido un servicio de referencia para sí mismo. Cerró el buscador, apagó la máquina y se fue.

En los anaqueles cronopios y famas se abrazaban temblando de miedo. Todo se sacudía y se venía abajo por la enorme risa de Dios. (O.D.d')

Creerás en milagros (*)

Por haberla soñado tanto y tanto, el sueño se hizo real. Ya fuera de mí se transformó en un compañero.
Era del todo insoportable: cuando la vida se nublaba, él sacaba su lámpara marinera y transmitía en clave Morse: se da luz, traer recipiente para llevar.
Cuando la vida escampaba me dejaba post-it en el espejo: desconfíe de las transiciones.
Y cuando el sol abrasaba hombres y bestias me llegaban sus fotos. Sueño bajo la mora, sueño con los pies en el río, sueño playero. Más de veinte años juntos.

Su pertinacia en degradar mi realidad lo mantuvo vivo. El muy maldito era un escupidor de asados virtuoso. Claro, era un sueño.
Algunas vecinas con bolsa en brazo me le decían -¡Sos un sueño! Él afectaba humildad y me guiñaba un ojo.
No lo soportaba más pero tampoco podía matarlo.
Su continuidad era la prueba de un más-vendrá y, a la vez, el temor de un no-vendrá-nunca.
Y así iba la vida, siempre a la zaga de probables tiempos mejores.
Hace pocos días sopló viento norte; el Servicio Meteorológico ni enterado.
Y como el viento norte enloquece la razón, una de mis botellas vino de regreso. Con el mensaje y con acuse de recibo.
Escuché la secuencia del grito y de la caída.
Y no me hizo falta ver su no-cuerpo muerto para saber que ya no estaba. Porque ahora todo era como en sus anuncios.
Porque ella había regresado... por haberla soñado tanto y tanto.

O.D.d’

(*)título de una canción de Silvina Garré

Precognición

Se está acercando un sueño.
Puedo describir con minuciosidad sus umbrales, los contornos. Sé de mi ámbito de hombre solo y distingo cada vínculo entre el mundo nocturno y mis sentidos.

Y sé que el sueño que voy a soñar no será pasto del olvido.
Lo voy a dar por cierto al día siguiente.
Voy a esperar que se cumpla a toda costa... a todas costas (incluso las que apenas son hilos terracota allá en el fondo del azul).
Porque se está acercando un augurio.

Lo que voy a soñar será el argumento de una espera y, después de dos décadas, ya soy casi Forrest:

•En el refugio de ómnibus, con la caja de bombones para Jenny.
•Escabulléndose de la muerte sólo con recordar lo que ella le había enseñado.
•Uniendo océanos en una carrera que salvaba al recuerdo separándolo del dolor.
Así se espera que cundan los sueños de vaticinio ¿No es verdad, Florentino?
Decía que se está acercando un sueño.
No hay duda, está soplando viento norte. ODd'

Reconstruir los abrazos rotos

Tengo que reaprender el oficio de la escritura.
Las herramientas han perdido filo, ya no pueden sujetar y su impacto es la caída de un vilano. Los cristales de cambiar la realidad se han trastornado... pero en maravilla descendente. Así los espejos dejan ver detrás, pero sin Alicia ni conejo: apenas el detrás y sólo eso. Las lentes de ver el mundo-otro se ajustan fieles a las medidas. Los telescopios y los microscopios ya no se atreven con las distancias. Las tintas vienen mimetizándose con el papel. Los procesadores de texto, disponen lo escrito en tablas y le asignan un ajuste de alfabeto. Pero no está allí el espanto: la mutación más temible es la de los asuntos, los que la palabra iba a nombrar con todos esos útiles inútiles. Allí están: el sueño asimilado a las urgencias, un diccionario demencial donde todo significa es el deseo, y una mujer vuelta a su cuerpo más alada, mucho más, que cuando apenas volaba. O.D.d'