La construcción amar era un patiecito reservado al amor de hombre a mujer.
La universalidad del sentimiento: una declaración, una sentencia sobre pergamino.
Pero alguna vez un tanto de luz se coló en medio de la espesa sombra. Y así, hasta quedarme toda la claridad y también la mota oscura, la que guardé para recordar que alguna vez no había comprendido.
No he abierto tampoco un abanico de anchos diámetros. Lo que ahora sé es que la única certidumbre del amor está en el hijo.
Es de ellos el único testimonio que un acta honesta debería registrar: ESO DICEN, ESO VALES.
Quizás el amor ecuménico empiece en esta verdad.
Por el momento, si de amor se trata, están mis hijos.
Algunos pasos más atrás, lo que fuera de ellos existiere. O.D.d'
Abril:
Cuando me preguntaban
¿Desde cuándo se quieren tanto ustedes dos?
yo no sabía qué carajo decir.
La Walsh sí sabía.
(...)
hago de tanto
trabajo de amor
lágrimas y resplandor.
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Gracias por darme una oportunidad |
1 comentario:
Me hiciste llorar! que belleza lo que escribiste!...
Te amo papolo! =) y si, el amor entre padre e hija no tiene igual!
Mi viejito tierno! Gracias por todo!!!!!!!!!!!
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